En primer lugar, se revisa la estrategia de implantación que ya se determinó en el proceso Estudio de Viabilidad del
Sistema (EVS). Se estudia su alcance y, en función de sus características, se define un plan de implantación y se
especifica el equipo que lo va a llevar a cabo. Conviene señalar la participación del usuario de operación en las
pruebas de implantación, del usuario final en las pruebas de aceptación, y del responsable de mantenimiento.
Las actividades previas al inicio de la producción incluyen la preparación de la infraestructura necesaria para
configurar el entorno, la instalación de los componentes, la activación de los procedimientos manuales y automáticos
asociados y, cuando proceda, la migración o carga inicial de datos. Para ello se toman como punto de partida los
productos software probados, obtenidos en el proceso Construcción del Sistema de Información (CSI) y su documentación
asociada.
Se realizan las pruebas de implantación y de aceptación del sistema en su totalidad. Responden a los siguientes
propósitos:
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Las pruebas de implantación cubren un rango muy amplio, que va desde la comprobación de cualquier detalle de
diseño interno hasta aspectos tales como las comunicaciones. Se debe comprobar que el sistema puede gestionar
los volúmenes de información requeridos, se ajusta a los tiempos de respuesta deseados y que los procedimientos
de respaldo, seguridad e interfaces con otros sistemas funcionan correctamente. Se debe verificar también el
comportamiento del sistema bajo las condiciones más extremas.
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Las pruebas de aceptación se realizan por y para los usuarios. Tienen como objetivo validar formalmente que el
sistema se ajusta a sus necesidades.
Asimismo, se llevan a cabo las tareas necesarias para la preparación del mantenimiento, siempre y cuando se haya
decidido que éste va a efectuarse. En cualquier caso, es necesario que la persona que vaya a asumir el mantenimiento
conozca el sistema, antes de su incorporación al entorno de producción.
Además hay que determinar los servicios (y niveles para cada uno) que requiere el sistema que se va a implantar, y el
acuerdo que se adquiere una vez que se inicie la producción. Hay que distinguir entre servicios de gestión de
operaciones (servicios por lotes, seguridad, comunicaciones, etc.) y servicios al cliente (servicio de atención a
usuario, mantenimiento, etc.) que se deben negociar en cuanto a recursos, horarios, coste, etc. Se fija el nivel con el
que se prestará el servicio como indicador de la calidad del mismo.
Conviene señalar que la implantación puede ser un proceso iterativo que se realiza de acuerdo al plan establecido para
el comienzo de la producción del sistema en su entorno de operación. Para establecer este plan se tiene en cuenta:
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El cumplimiento de los requisitos de implantación definidos en la actividad Establecimiento de Requisitos (ASI
2) y especificados en la actividad Establecimiento de Requisitos de Implantación (DSI 11).
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La estrategia de transición del sistema antiguo al nuevo.
Finalmente, se realizan las acciones necesarias para el inicio de la producción.
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